quarta-feira, 1 de setembro de 2010

Olvidar Todo

Muchos en la práctica, todos en un momento u otro, peleamos para volvernos algo, algo diferente; queremos volvernos serenos, tranquilos, sin miedo... bueno, cada uno tiene sus sueño. Unos quieren volverse zenistas, iluminados, budas. Mírense y observen en ustedes mismos lo que pasa cuando están buscando algo, no se encierren en sus propósitos, en sus búsquedas, en sus temores, en sus aspiraciones. Eso es quedarse en los deseos humanos, en los deseos que elaboran desde su nacimiento. No sigan sus pensamientos, no sigan sus deseos, no sigan sus preocupaciones: eso quiere decir no quedar encerrados en eso. En la práctica deben ver lo que pasa en ustedes cuando aparecen las preocupaciones, los pensamientos, los deseos, las esperanzas. Solamente así pueden descubrir la raíz de la dificultad; si no, se quedarán encerrados. Que estén sentados sobre el cojín o sobre un sillón será igual. Unos vienen a practicar el zen y piensan que porque se sientan sobre un cojín y escuchan mis bobadas van a cambiar, van a lograr algo; después de unos meses o de unos años se van porque no han logrado nada. Deben llegar al "deseo" no solamente de no buscar ni conocer nada más, sino de no estar más. Deben percibir esta molestia, esta dificultad que aparece, que acompaña cualquier movimiento de la mente para coger algo, cualquier presencia. Y deben también tener deseos de olvidarse de todos los cuentos, de todas las verdades
que les pusieron en el cerebro. No puede quedar ningún condicionamiento. Entonces los seres celestiales no pueden encontrar a nadie y los demonios tampoco.

Maestro Reitai Lemort, La libertad del vacío, revista Montaña de Silencio n°11, pp.
6-7, Bogotá, octubre 1997
Voces de montañas y ríos
Boletín de la Fundación para vivir el Zen
www.fundacionzen.org
Nº 11, noviembre 2006

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